Consejos para unas Navidades más felices y menos materialistas

Lunes 17 de Diciembre del 2018

A veces perdemos de vista cosas que nos aportan mucho más que abrir un regalo

Consejos para unas Navidades más felices y menos materialistas

No todo se centra en abrir muchos regalos (fotostorm / Getty Images/iStockphotoAcabamos de empezar diciembre, quizá el momento del año en el que más consumimos. Las luces de las calles ya se han encendido, Netflix va repleto de propuestas de series y películas festivas y las agendas empiezan a llenarse con compromisos, reuniones y celebraciones. Y con ellas llega el momento, temido por unos, adorado por otros, de pensar en los regalos.

Ya hace semanas que la televisión y las redes sociales nos lanzan sus cantos de sirena, cada vez más insistentes, abrumadores durante el Black Friday, para que compremos, compremos y compremos. Perfumes, juguetes, turrones, ¡ofertas!, tecnología… Tenemos que vernos más, reza el eslogan de un anuncio tramposo que nos invita a pasar más tiempo offline a través de una campaña online que juega con el miedo y la culpa y cuyo objetivo final es… que compremos una bebida alcohólica.

Aunque la realidad es que sí nos vemos poco, puesto que pasamos una media de veinticuatro horas a la semana conectados a internet, justo el doble que hace una década. Una costumbre que tiene efectos innegables en nuestra calidad de vida y en la de nuestros encuentros. ¿Qué tal si, en los días que quedan antes de las fiestas, empezamos a planificar una Navidad diferente? La propuesta es regalar más presencia y menos cosas materiales. He aquí seis consejos para lograrlo:

1. Regala aventuras

Si tienes hijos quizá una de tus quejas habituales es lo mucho que cuesta arrancarlos de delante de las pantallas. Para conseguirlo, prueba a regalarles una aventura en lugar de un juego para la videoconsola. La idea es que al recogerlos de la escuela, por ejemplo un viernes, les sorprendas con una actividad divertida y diferente, preferiblemente en el exterior. Una propuesta puede ser realizar una búsqueda del tesoro. Para ello puedes esconder algunas pistas en el parque más cercano, hacerte con una brújula ‒y una linterna por si oscurece pronto‒.

Otra idea es hacer los deberes o leer en el exterior. En ocasiones, la lectura, sobre todo si es obligatoria, se convierte en un suplicio más que en un placer. ¿Y si en lugar de encerrarnos en casa para hacerlo nos abrigamos muy bien, nos llevamos una bebida caliente y un par de telas de casa y nos construimos un refugio debajo de un árbol? Seguramente esa hora u hora y media de deberes se convertirá en un momento mágico de compartir y vincularse.

Otras ideas pueden ser: construir trampas para insectos ‒después de observarlos nos aseguraremos de devolverlos a su lugar sin dañarlos‒, dedicar treinta minutos a observar las estrellas o las formas de las nubes, hacer una excursión para catalogar huellas de diferentes animales, remar en un río o en un lago…

2. Limita los regalos para los niños

Demasiados regalos pueden abrumar, además de enviar un mensaje poco adecuado. Podemos limitar los regalos de distintas maneras, según los valores de cada familia. Una idea para cuando nos regalan mucho puede ser ofrecer un regalo por cada año de vida del niño. Por ejemplo, si la criatura tiene tres años recibirá tres regalos. Estos no tienen por qué ser cosas grandes ni caras. Cuando los niños ya son más mayores podemos utilizar otros criterios. Por ejemplo, regalarle algo que desee, algo que necesite, algo para ponerse y algo para leer.

3. Desconecta de las redes sociales durante las fiestas

Al hacerlo podrás centrarte por completo en tu familia y tus amigos. Si lo prefieres puedes avisar a tu entorno de que durante unos días te tomarás unas vacaciones de las redes para conectar con los tuyos.

4. Envía felicitaciones de Navidad

Olvídate de los mensajes de texto y de los giffs navideños. Una tarjeta escrita por ti, con un mensaje personal y meditado, será un regalo atípico y muy bien recibido por tus seres más queridos. Si hay niños en casa disfrutarán mucho participando y decorando sus propias postales.

5. Considera regalar o regalarte un teléfono “tonto”

FOTO TELÉFONO

En el mercado se pueden encontrar varios modelos de teléfono que permiten llamar y recibir llamadas pero que no tienen aplicaciones. La idea es la opuesta a la del smartphone, pues permiten que estemos localizables pero a la vez impiden que perdamos el tiempo con las redes sociales o que nos estresemos contestando mails de trabajo una vez acaba nuestra jornada laboral. Cada vez más personas usan estos teléfonos “tontos”, los dumb phones, fuera del trabajo, durante los fines de semana, o incluso como teléfono habitual.

6. Haz tus propios regalos

Los regalos hechos a mano tienen un valor y un calor muy diferente al de los regalos comprados. Dedicar tiempo y esfuerzo para fabricar algo, por sencillo que sea, para otra persona, es una muestra de cariño que difícilmente será olvidada. Además, se ha demostrado que tejer, modelar cerámica o cualquier otro trabajo manual disminuye el estrés y ayuda a conciliar el sueño.

Fuente: http://ow.ly/uhgc30n0NsJ